El Padre andaluz

IGNORO, como todos, qué sucede en Andalucía entre déficits, descendentes y recortes. Pero veo, como todos, la carota de Chaves, de la que debíamos librarnos: bastante tenemos con la de Zoido. ¿No podían poner los periódicos más datos y menos fotos de caras, que nos han sido nefastas y tendrían cobijo mejor en otros sitios? ¿Los datos que se nos deben suministrar son más corrosivos que esa carota, condenada a la clausura, que nos trae los peores recuerdos? De aquellas polvaredas vienen estos lodos. Recordarnos, en malos tiempos, otros peores es ponernos al borde del suicidio moral o del homicidio efectivo. Reflexionen los que gobiernan, o deberían, que ya tuvimos bastantes sonrisas, timos y robos con ellos. Creímos que comenzábamos una nueva era, como el Vaticano, de seriedad y mejoras futuras. Pero llevamos sin respirar, leyendo párrafos tontos demasiado largos, que nos la traen definitivamente floja. Si no hacen nada, que tampoco se retraten. Preferimos a los simpapeles negros desnudos encima de los árboles. ¿Los hermosea el hambre? Que prueben los que ahora nos gobiernan, y verán.